Si quieres puedes, pero hay que querer.


AYUDA PARA ENFERMOS
Guía real, práctica y sin adornos para empezar a levantar cabeza
Vivir con un trastorno mental, especialmente con un TLP o con un consumo problemático de sustancias, no es una frase bonita en un informe. Es una guerra. Una guerra diaria, larga, sucia y agotadora… pero que se puede ganar si empiezas por el sitio correcto.
Esto no es teoría.
Esto es experiencia pura, vivida en carne propia.
Aquí tienes lo que a mí me salvó la vida, explicado como ojalá me lo hubieran explicado a mí.
1. Si consumes, empieza por ahí.
No te saltes este paso!
Si estás bebiendo, fumando porros, con coca, pastillas, benzodiacepinas o cualquier cosa que uses “para calmarte”, “para dormir”, “para no sentir”…
empieza por el consumo.
No porque seas un vicioso o un fracasado.
Sino porque un trastorno mental tapado con sustancias es imposible de diagnosticar bien.
Y porque casi siempre, debajo del consumo hay un trastorno real: ansiedad, depresión, TLP, trauma… pero mientras estés consumiendo, todo se mezcla, se confunde y te destroza.
No es moral, es biología: un cerebro intoxicado no puede estabilizarse.
Así que el primer paso es simple y durísimo:
admite que hay un consumo que no controlas.
Y busca ayuda.
2. Atención Primaria: el punto de entrada.
Sé claro. Sé honesto.
Ve a tu médico de cabecera y díselo tal cual:
“Estoy consumiendo.”
“Estoy mal emocionalmente.”
“Estoy en un punto peligroso.”
“Necesito ayuda ya.”
No te calles nada por vergüenza. Vergüenza es lo que te mata, no lo que te salva.
Pidele derivación a UCA (Unidad de Conductas Adictivas).
Es el camino más rápido, eficaz y humano. Ahí no esperan 6 meses para atenderte.
3. UCA: la ayuda que llega rápido.
En UCA tienes:
Atención psiquiátrica semanal o quincenal.
Controles, seguimiento, medicación ajustada.
Tratamiento desde el minuto uno.
Evaluación real de tu estado mental cuando ya no estás tapándolo con sustancias.
UCA salva vidas. Y salva tiempo.
Y créeme, cuando estás mal, el tiempo es el arma más peligrosa.
4. El psicólogo del Centro de Salud: pídelo de forma urgente.
Busca uno privado si puedes permitirtelo.
Aquí sí hay lista de espera, pero puedes pedir que te vean antes si explicas lo que de verdad te pasa:
Que no puedes con tu ánimo.
Que te estás rompiendo.
Que no puedes trabajar.
Que necesitas apoyo terapéutico urgente.
En muchos casos, eso agiliza meses.
No digas “estoy regular”.
Di la verdad.
5. La baja médica no es fracaso: es tiempo para no morir en vida.
Si tu trabajo te ayuda, perfecto.
Si tu trabajo te hunde, pide Incapacidad Temporal.
No es vago quien pide una baja cuando está derrumbándose.
Es valiente.
Porque pide tiempo para poder curarse sin seguir rompiéndose por dentro.
Tener un TLP, depresión grave, ansiedad, consumo… no es compatible con seguir tirando como si nada.
Es compatible con parar, tratarte y reconstruirte.
6. Dedica el tiempo a tu recuperación. Todos los minutos que puedas.
Si has pasado, como yo, 20 o 30 años viviendo a toda hostia, destruyéndote y apagando incendios…
de verdad no esperes arreglarlo en dos meses.
Esto va así:
Años destruyéndote.
Años reconstruyéndote.
No es rápido.
No es mágico.
Pero es posible.
Y merece la pena.
Vas a tener días de mierda, recaídas, rabia, vergüenza, cansancio, pánico…
Pero también vas a tener lucidez, calma, avances, orgullo y momentos que te recuerdan que estás vivo. LAGRIMAS DE FELICIDAD
La recuperación es lenta pero es real.
Y vale cada jodido esfuerzo.
7. Si se quiere, se puede… pero hay que querer de verdad.
Esto no va de frases motivacionales de cartelitos.
Va de una decisión vital.
Si se quiere, se puede.
Pero hay que querer.
Y querer duele.
Querer es dejar de esconderte.
Es decir las cosas por su nombre.
Es pedir ayuda aunque te mate el orgullo.
Es dejar lo que te anestesia aunque te duela.
Es ir a terapia cuando no te apetece.
Es tomar la medicación aunque te reviente.
Es cambiar hábitos que te han acompañado toda tu vida.
Querer es apostar por ti incluso cuando tu cabeza te dice que no vales nada.
El que quiere de verdad, cambia.
Lento, torpe, con recaídas… pero cambia.
El que solo “quiere querer”, no.
Esto va de valentía, no de magia.
Y la primera gran valentía es querer de verdad.
Aviso importante: La información de esta web es divulgativa y no sustituye atención médica, psicológica o psiquiátrica.
En caso de urgencia o crisis emocional, contacta con los servicios sanitarios correspondientes. 📞 112 📧 ayuda@vivircontlp.com
